Resulta interesante abundar sobre la carta
en la que el afamado cineastas Alfonso Cuarón, cuestionó al gobierno
federal y de manera directa al presidente Peña Nieto sobre las repercusiones de la polémica reforma energética.
Como ya es costumbre del ejecutivo cuando
algún mexicano logra
destacar en cualquier actividad, el presidente Peña Nieto no desaprovechó la oportunidad para felicitar a Cuarón después de ser premiado
en la ceremonia de los Oscares, además de ello el presidente de México cuestionó el estado de
información del cineasta con
respecto a la recién aprobada reforma
energética, aseverando
que el director de Gravity no estaba bien informado y por ello tenía una visión errónea.
A dicha aseveración, Cuarón, en su estado de ciudadano, remitió una carta en la que realizo 10 preguntas sobre la reforma energética, argumentando que si existía una desinformación y rechazo generalizada era porque el gobierno no había promovido una campaña para informar y explicar las reformas
que se pretenden hacer en materia de hidrocarburos, lo cual es bien cierto.
Como ya es costumbre el
gobierno realizo una serie de spots televisivos tendenciosos en los que concretó un discurso superficial que pretendía convencer a los mexicanos de una serie
de "bondades" que traería como consecuencia la reforma energética, sin embargo, revisando estudios de economistas y gente
dedicada a estos temas, resulta evidente que dicho discurso es mentiroso.
Es difícil, no percibir, que la reforma energética representara unas desventajas brutales para los mexicanos,
las preguntas de Cuarón no son más que un elemento más, que se suma a la nutrida discusión y polémica que se ha derivado de la reforma a los hidrocarburos, sin
embargo Peña y los
legisladores priistas insisten en pasarse por el arco del triunfo las opiniones
de los expertos en el tema y los aprendizajes de otros países, como argentina, que han cedido a
manos de las transnacionales sus minerales y su petróleo.
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