miércoles, 21 de mayo de 2014

Nuestros hermanos sin voz





Una de las más recientes leyes que se discuten en el Senado tiene que ver con nuestras mascotas y mejores amigos, los perros. Con la finalidad de controlar la tasa de natalidad y el sobre poblamiento de los caninos, que se ha convertido en un problema, se pretende aprobar una ley que tendría alcances mucho más trascendentales para quienes hacemos de estos animalitos nuestros compañeros de vida.

En principio se plantea la obligación de implantar un chip a nuestros perros con la finalidad de tener un control y un censo dueño-mascota, la verdad no le encuentro mucho sentido a esta medida por dos principales razones:

·         La primera es que me parece descabellada la idea de implantar un objeto antinatural en el organismo de un animalito con la simple finalidad de ficharlo en una base de datos, ya que dicho chip no tendrá funciones localizadoras y, obviamente, mucho menos científicas, sino más bien fiscales. Es cierto que por el momento no se pretende cobrar impuestos, sin embargo, todos sabemos cómo funcionas las tranzas del gobierno, probablemente este sea un primer paso hacia la consumación de un impuesto a las mascotas, cosa que se dio por primera vez en el gobierno de Santa Anna.
 
·         La segunda es que es francamente imposible mantener un control sobre las mascotas, el poder judicial no se daría a basto con la cantidad de perros que tendría que revisar, seamos honestos, si no pueden con cosas más importantes mucho menos con una tarea de semejante envergadura.

Entre los aspectos más generales de la ley se encuentra la obligación de castrar y esterilizar a tus perros y este apartado abre la puerta a la discusión y la polémica. Desde la cuestión ética y moral del asunto se presentan dos alternativas igualmente relevantes, la primera: qué nos da derecho ha quitarle una parte de su cuerpo a otro ser vivo? Aunque seamos honestos, a los perros de raza muchas veces se les modifican rasgos con fines estético, lo cual debería ser igualmente indignante.

Por otra parte está la cuestión de la sobre población canina, que es un hecho real, muchos perros en situación de calle luchan día a día por sobrevivir mientras nosotros elegimos a los de raza por mera vanidad. Otro aspecto alarmante es el que se desprende de los criaderos y las tiendas de mascotas, ser criador es realmente un arte y un oficio, hay que saber muchas cosas específicas, tener mucha paciencia y dinero sí uno quiere incursionar en este mundo que para muchos es un estilo de vida, sin duda hay personas consientes y amorosas que tratan a sus animales con respeto y cariño, sin embargo y por desgracia, no son la mayoría.

En general quienes crían perros lo hacen simplemente por una cuestión económica, obligando a las perritas a embarazarse una y otra ves y manteniéndolas en condiciones miserables, esto sucede también con las tiendas de mascotas, en donde el animal es visto simplemente como una mercancía.

Yo creo, sin duda, que esto requiere una atención especial y una regulación, sin embargo no creo q la entrante reforma se enfoqué en los puntos importantes que se deberían atender, es necesario todo un ejercicio de conciencia y una inversión enorme si realmente se quiere mejorar la situación de nuestros hermanos sin voz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario