Una de las más
recientes leyes que se discuten en el Senado tiene que ver con nuestras
mascotas y mejores amigos, los perros. Con la finalidad de controlar la tasa de
natalidad y el sobre poblamiento de los caninos, que se ha convertido en un
problema, se pretende aprobar una ley que tendría alcances mucho más
trascendentales para quienes hacemos de estos animalitos nuestros compañeros de
vida.
En principio se
plantea la obligación de implantar un chip a nuestros perros con la finalidad
de tener un control y un censo dueño-mascota, la verdad no le encuentro mucho
sentido a esta medida por dos principales razones:
·
La primera es que me parece
descabellada la idea de implantar un objeto antinatural en el organismo de un
animalito con la simple finalidad de ficharlo en una base de datos, ya que
dicho chip no tendrá funciones localizadoras y, obviamente, mucho menos
científicas, sino más bien fiscales. Es cierto que por el momento no se
pretende cobrar impuestos, sin embargo, todos sabemos cómo funcionas las tranzas
del gobierno, probablemente este sea un primer paso hacia la consumación de un
impuesto a las mascotas, cosa que se dio por primera vez en el gobierno de
Santa Anna.
·
La segunda es que es
francamente imposible mantener un control sobre las mascotas, el poder judicial
no se daría a basto con la cantidad de perros que tendría que revisar, seamos
honestos, si no pueden con cosas más importantes mucho menos con una tarea de
semejante envergadura.
Entre los aspectos
más generales de la ley se encuentra la obligación de castrar y esterilizar a
tus perros y este apartado abre la puerta a la discusión y la polémica. Desde
la cuestión ética y moral del asunto se presentan dos alternativas igualmente
relevantes, la primera: qué nos da derecho ha quitarle una parte de su cuerpo a
otro ser vivo? Aunque seamos honestos, a los perros de raza muchas veces se les
modifican rasgos con fines estético, lo cual debería ser igualmente indignante.
Por otra parte está
la cuestión de la sobre población canina, que es un hecho real, muchos perros
en situación de calle luchan día a día por sobrevivir mientras nosotros
elegimos a los de raza por mera vanidad. Otro aspecto alarmante es el que se
desprende de los criaderos y las tiendas de mascotas, ser criador es realmente
un arte y un oficio, hay que saber muchas cosas específicas, tener mucha
paciencia y dinero sí uno quiere incursionar en este mundo que para muchos es
un estilo de vida, sin duda hay personas consientes y amorosas que tratan a sus
animales con respeto y cariño, sin embargo y por desgracia, no son la mayoría.
En general quienes
crían perros lo hacen simplemente por una cuestión económica, obligando a las
perritas a embarazarse una y otra ves y manteniéndolas en condiciones
miserables, esto sucede también con las tiendas de mascotas, en donde el animal
es visto simplemente como una mercancía.
Yo creo, sin duda,
que esto requiere una atención especial y una regulación, sin embargo no creo q
la entrante reforma se enfoqué en los puntos importantes que se deberían atender,
es necesario todo un ejercicio de conciencia y una inversión enorme si
realmente se quiere mejorar la situación de nuestros hermanos sin voz.
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